viernes, 7 de junio de 2013


UN VIAJE DISPARATADO

Un día el príncipe Carlos I recibió una carta del explorador Collins, donde decía que,si quería ir con el a Marte . Carlos no se lo pensó dos veces y le contesto que si.
Unos días después vino Collins en una nave espacial a su casa , pero Carlos le dijo que antes tenia que llevar a su perro Luna, a casa de su amigo, el caballero Fernando.
Cuando llego a casa del caballero Fernando le dijo lo que había pasado y el caballero lo entendió. Se despidieron los dos y el caballero nada mas entrar en su casa se lo preparo todo al perro. Al día siguiente al sacarlo a pasear, un mendigo que pasó, de repente cogió al perro y se lo llevo, pero el caballero no se dio cuenta.
Cuando fue a por el, no estaba y ya lo había dado por perdido, pero encontró un trozo de tela muy estropeada y por detrás muy nueva, entonces con un aparato nuevo que salio a la venta, pudo rastrear a ese hombre, pero se puso muy nervioso pensando que no lo encontrara a tiempo. 
La pista lo llevo a un bosque que corría el rumor de que estaba encantado. El fue sin miedo, pero cuando fue a pasar un río, se encontró a un Elfo y su desafío era, que lo tendría que hacer reír o sino no podría pasar. El caballero se quedo pensativo, pero al final lo hizo reír, se tiro un peo, después imito a un cerdo y por ultimo puso cara de nomo.
Paso el río y después de un rato andando, se encontró un castillo y.....¡ vio a Luna ( el perro ) ! , eso le gusto, pero lo que no le gusto fue que estaba custodiado por un dragón. Iba a llamar a su caballería, pero se dio cuenta de una cosa, que puso el pie una de las lozas del castillo y vio como derrotar al dragón y a su dueño. Según el caballero ponía, “ Haz cinco estrellas en el suelo donde solas formaran una sola “, el caballero lo hizo y funciono. El se puso tan contento que le dio ganas de saltar, pero no podía por todas las herraduras que llevaba puestas.
Después de derrotar al dragón y a su dueño, subió a la torre y recupero a Luna. Volvieron a la casa del caballero, donde después de una hora y media, fue el caballero, a llevar al perro al veterinario, por si había sufrido algún daño pero estaba tan sano como un pollo. Y al día siguiente el caballero se dispuso a pasear a Luna, pero llegó el príncipe de su viaje y lo recogió.


FIN

Rocío González



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