UN
VIAJE DISPARATADO
Un
día el príncipe Carlos I recibió una carta del explorador Collins,
donde decía que,si
quería ir con el a Marte . Carlos no se lo pensó dos veces y le
contesto que si.
Unos
días después vino Collins en una nave espacial a su casa , pero
Carlos le dijo que
antes tenia que llevar a su perro Luna, a casa de su amigo, el
caballero Fernando.
Cuando llego a casa del caballero Fernando le dijo lo
que había pasado y el caballero lo entendió. Se despidieron los dos
y el caballero nada mas entrar en su casa
se lo preparo todo al perro. Al día siguiente al sacarlo a pasear,
un mendigo que pasó,
de repente cogió al perro y se lo llevo, pero el caballero no se dio
cuenta.
Cuando fue a por el, no estaba y ya lo había dado por
perdido, pero encontró un trozo
de tela muy estropeada y por detrás muy nueva, entonces con un
aparato nuevo que
salio a la venta, pudo rastrear a ese hombre, pero se puso muy
nervioso pensando que
no lo encontrara a tiempo.
La pista lo llevo a un bosque que corría
el rumor de que
estaba encantado. El fue sin miedo, pero cuando fue a pasar un río,
se encontró a
un Elfo y su desafío era, que lo tendría que hacer reír o sino no
podría pasar. El caballero
se quedo pensativo, pero al final lo hizo reír, se tiro un peo,
después imito a un
cerdo y por ultimo puso cara de nomo.
Paso
el río y después de un rato andando, se encontró un castillo
y.....¡ vio a Luna ( el perro ) ! , eso le gusto, pero lo que no le
gusto fue que estaba custodiado por un dragón. Iba a llamar a su
caballería, pero se dio cuenta de una cosa, que puso el pie una de
las lozas del castillo y vio como derrotar al dragón y a su dueño.
Según el caballero ponía, “ Haz cinco estrellas en el suelo donde
solas formaran una sola “, el caballero lo hizo y funciono. El se
puso tan contento que le dio ganas de saltar, pero no podía por
todas las herraduras que llevaba puestas.
Después de derrotar al dragón y a su dueño, subió a
la torre y recupero a Luna.
Volvieron a la casa del caballero, donde después de una hora y
media, fue el caballero, a llevar al perro al veterinario,
por si había sufrido algún daño pero estaba tan
sano como un pollo. Y al día siguiente el caballero se dispuso a
pasear a Luna, pero llegó el príncipe de su viaje y lo recogió.
FIN
Rocío
González
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